Rosario Rodriguez Madrigal
Gualberto Cristobal Salazar Luna
Guadalupe del carmen santiago Jimenez
yesenia perez gallegos
RESUMEN
La clave de la infraestructura
Con esta dimensión y esta riqueza, el mercado de la información es más extenso que un mercado de aldea.
Se parece más a una bulliciosa metrópolis donde una gran cantidad de gente, tiendas, oficinas y organizaciones efectúan millones de intercambios personales y comerciales en pos de sus propias objetivos.
El mercado de la información se construye exactamente de la misma manera sobre una infraestructura compartida, hecha de todas las herramientas y servicios de la información que permite el funcionamiento pacífico y productivo de sus múltiples actividades. Esta infraestructura se distribuirá entre todos nosotros y nosotros seremos sus propietarios, no una sola organización.
La infraestructura servirá de soporte a todas las entrevistas y revisiones en línea.
A pesar de la admiración de la prensa y de la exageración de la publicidad de las compañías telefónicas y de software, la infraestructura del mercado de la información dista mucho de estar acabada. Para comprobar objetivamente si existe hoy en el mundo una verdadera infraestructura de la información, veamos cuales son las propiedades reales de otra infraestructuras bien conocidas: la red telefónica, la de tendido eléctrico y el sistema de autopista.
Las propiedades más notables de cualquier infraestructura es su amplia disponibilidad: en todos los hogares y en todas las oficinas hay un teléfono y una toma de corriente al alcance espera tranquilamente. La infraestructura también son fáciles de usar: levantar el auricular del teléfono; escuchar el aparato; meterse en el coche y conducir.
La infraestructura son multiplicables: las redes telefónicas locales, la líneas de energía eléctrica y las carreteras están conectadas para constituir redes telefónicas regionales, rejillas de distribución de la energía eléctrica y sistemas de autopista que luego se conectan a fin d crear infraestructura nacionales e internacionales más vasta.
Las propiedades más poderosas de una verdadera infraestructura es que hace posible muchas actividades independientes. La infraestructura telefónica posibilita millones de conversaciones cada día, que abarca una enorme riqueza de asuntos, desde las transacciones comerciales a charlar de enamorados, para no mencionar la actividad de fax y de modem.
Los ordenadores son ampliamente disponibles, al menos en las naciones industrialmente desarrolladas.
Las redes de información pueden multiplicarse. El famoso internet, que une millones de ordenadores y a sus respectivos usuarios, se ha extendido rápidamente hasta su tamaño actual, conectado millares de redes informáticas más pequeñas.
Más adelante nos extenderemos acerca de la Web y de internet. Mientras tanto pensemos en internet como en un sistema postal para él envió de información en bruto entre los ordenadores de todo el mundo. Y pensemos en la Web como una manera específica de utilizar este sistema para buscar y obtener información en espacios informáticos muy remotos como un simple clic del ratón.
Desgraciadamente, los ordenadores y las redes de comunicación no son fáciles de usar. El manual del programa de un procesador de textos es tan grueso como un diccionario. Incluso los teléfonos se han vuelto complicados por no decir inhumanos, como los sistemas de respuestas automatizadas de las grandes empresas, que le obligan a uno a padecer las tediosas opciones de distintos botones antes de poder hablar con una persona real, si es que por fin lo consigue.
Actualmente la infraestructura de la información tampoco satisface la propiedad más importante de una infraestructura: la capacidad de favorecer una gran cantidad de actividades independientes. Por cierto, los ordenadores individuales sirven de soportes a muchas aplicaciones útiles, desde las hojas de cálculos hasta el dibujo con asistencia informática. Pero no pueden realizar fácilmente miles de tareas diferentes en una red.
De modo que debemos concluir objetivamente que hoy día no existe en ninguna parte una verdadera infraestructura de la información. Cuando proyectemos esta sombra desagradable mente negativamente sobre los actuales sistemas de la información debemos recordar que solo hace treinta años que existen las nuevas tecnologías de la información. Hizo falta más de un siglo para que el mundo pasara del motor de vapor al de combustión interna. Ante el campo den nuevo como este se impone un poco de capacidad.
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